sábado, 23 de mayo de 2009

¿No sabéis quién es Enrique Meneses? ¿Y Miguel Gil? Por favor, todos en pie



A principios de 1958, el periodista español Enrique Meneses recibió un mensaje de Paris-Match. “Queremos reportaje sobre el coronel Abdel Hamid el Sarraj, jefe de los servicios secretos de Siria”.


Meneses se encontraba en Damasco, y sabía que el Gobierno sirio estaba preparando una alianza con Egipto para declarar la guerra a Israel. ¿Cómo dar con el jefe de los servicios secretos sirios? A Meneses no se le ocurrió otra cosa que buscar el número de teléfono del superespía sirio en las guías telefónicas. No lo encontró, por supuesto, porque el jefe de los servicios secretos no iba a ser tan tonto como para dejar su nombre en las Páginas Amarillas.


Pero a Meneses se le ocurrió que ese teléfono podía estar impreso en guías antiguas, cuando El Sarraj era un simple militar de alto rango. Así que paseó por los cafés de Damasco pidiendo volúmenes antiguos y por fin encontró el teléfono deseado en una guía de 1953. Para pillarle desprevenido, Meneses le telefoneó a su domicilio a las tres de la madrugada; logró concertar una entrevista al día siguiente. Fue una gran exclusiva lograda con una pizca de sentido común.


Enrique Meneses (foto extremo superior en blanco y negro) acaba de ser galardonado con el premio Miguel Gil de Periodismo. Es un de los grandes veteranos del periodismo. Ha escrito muchos libros, pero uno de los más destacados es "Escrito en carne", que es una deliciosa memoria de sus grandes reportajes (entrevistó y fotografió a Fidel Castro en Sierra Maestra), y ahora acaba de escribir uno más titulado: "Hasta aquí hemos llegado". Espero que no, que siga escribiendo sus vivencias como lo hace diariamente en su blog.

Le felicité a Enrique en su blog (aunque no le conozco) y le conté cómo conocí a Miguel Gil (foto superior en color). Os lo copio:


"Hola Enrique: enhorabuena por el premio. Conocí bien a Miguel Gil porque cuando cogió su moto y se fue a Sarajevo en 1994, tras abandonar su profesión como abogado, me llamó para preguntarme si podía enviarme sus crónicas. Yo era redactor jefe de Internacional de El Mundo y le dije que sí porque me gustan los aventureros como tú (me había leído tu libro 'Escrito en Carne'). Al principio, las crónicas de Miguel eran defectuosas y nosotros, desde Madrid, las corregíamos y las publicábamos. Entonces Miguel se vino a la redacción de Madrid dos semanas para aprender cómo escribir reportaje. En la sección todo el mundo le acogió con cariño y le explicó esa técnica. Al volver, Miguel era otro. Empezó a escribir crónicas dinámicas, muy humanas y no le importaba pasar Año Nuevo en una garita en Sarajevo con un soldado que le contaba la tristeza de tener el alma partida en dos. Luego, Miguel fue fichado por AP TV y se convirtió en un mito, por su valentía, su humildad y por la forma en que dejaba los trastos para ayudar a las víctimas. A todos en El Mundo nos dolió mucho su desaparición. Nos ha quedado más que un recuerdo. Por eso me alegro de que hayan pensado en ti para este premio que tiene ese sabor tan personal. Un fuerte abrazo"

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