sábado, 26 de noviembre de 2011

Cómo titular bien y atrapar la atención

He dicho varias veces en este blog, que titular es como vestir un buen escaparate. ¿Quieres atrapar  la atención de los paseantes? Tienes que crear una ropa bonita, ponérsela a un maniquí, usar buena iluminación. Y solo queda esperar los resultados.

Pero los periodistas solo hacen las dos primeras etapas: escriben un buen artículo, le pegan fotos y videos, pero se olvidan de la iluminación. Ponen un titular anodino, soso y gris. Con lo cual aquel vestido tan bello se queda a oscuras. Nadie lo ve. Ni Google, ni Facebook ni su hermana menor.

Distinguir un buen titular de uno malo es tan sencillo como distinguir algo que nos atrapa la atención y nos incita a pinchar, de algo por lo que pasan nuestros ojos sin compromiso.

No es fácil titular bien. Es un músculo que responde a los ejercicios continuos, se tonifica y al final es el que sostiene el peso del artículo. ¿Qué peso tiene un buen titular en el grado de éxito de un reportaje? No lo sé. Pero es notable. ¿Más de un 50%?

He aquí algunas variaciones musicales sobre una misma idea: las pensiones. A ver cómo funciona.

Informativo:
-El gobierno sube las pensiones un 3%

La eficacia está en la novedad y el interés para los pensionistas. Funciona solo. Es la típica noticia de última hora.

Pero imaginemos que tenemos más información sobre las pensiones, y queremos llamar la atención de nuestros lectores. ¿Cómo lo haríamos?

Práctico:
-Tu pensión: así quedará tras la subida aprobada por el gobierno

Práctico que desata la codicia:
-¿Qué hacer para obtener la pensión más alta de España?

Amenazador:
-Los cinco tipos de pensionistas que llegarán tarde a su jubilación
(Supongamos que la subida solo afecta a las pensiones más bajas, y además se dificultan los plazos)

Gran público:
-Si tienes menos de 30 años y no piensas en tu pensión, luego no te quejes
(Con este, introducimos un factor de riesgo a los jóvenes, y ampliamos lectores)

Intrigante:
-La fórmula secreta de las pensiones

Histórico:
-De Sócrates a nuestros abuelos: historia de las pensiones

Humorístico:
-Lo que nunca le dijeron a Tío Gilito sobre su pensión

Juegos de acrónimos:
-PPP: las Peores Pensiones del País

Conspiranoico:
-La verdad oculta de las pensiones que acaba de aprobar el gobierno

Juegos de palabras:
-Pensiones, desilusiones, y confusiones

Curioso y llamativo:
-El poltergeist de las pensiones
(La entradilla tiene que justificar estos titulares extraños. Se corre el riesgo de desilusionar al lector)


¿Cómo no hay que hacerlo?

Supongamos que se reúne el consejo de ministros, pero no aprueba grandes novedades. 
Esta es la peor forma de comunicarlo:

-Pensiones: 'sin novedad en el frente'.
(Una película que se usa para cualquier cosa: carece de eficacia)

-Pensiones: todo sigue igual 
(Pues me huelo que me da igual leer esta noticia que otra) 

-El gobierno pasa de largo por las pensiones  
(Nosotros también al leer ese titular)

-Campoy no está de acuerdo con la política de pensiones
(¿Y quién es Campoy?)

Preguntémonos: ¿cómo hay que hacerlo cuando no hay grandes noticias?

-El gobierno mete las pensiones en el congelador y cierra la nevera
(Es muy metafórico y siempre funciona)

-¿Pensiones? ¿Qué es eso?
(Es un titular irónico que editorializa el hecho de que el gobierno no se ha tomado la molestia de legislar sobre las pensiones)

-Pensiones rima con olvido
(Es un título chocante y tramposo, pero llama la atención por eso)

En resumen, se trata de llamar la atención sobre una noticia. Atrapar. No de escandalizar. Los lectores siempre comparan esa invitación a ver un escaparate, con el contenido. Y si a pesar de la luz, la ropa es fea, al final no volverán a esa tienda.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Técnica del obituario: cómo escribir sin parecer más importante que el muerto

No recuerdo la primera vez que escribí un obituario. Recuerdo uno de los primeros. Fue sobre Armand Hammer. El millonario americano de 92 años había fallecido a finales de 1990. Yo estaba en la sección de Economía de El Mundo y se requería alguien que contara la vida de este hombre.

Hammer era un tipo particular. Se había hecho famoso por comerciar con la Unión Soviética. Era el yanqui preferido de los comunistas. Había tenido una existencia basada en comprar y vender, en invertir con olfato. Era dueño de Occidental Petroleum, una empresa petrolífera que le hizo multimillonario.

Así que, después de investigar (supongo que de encontrar recortes de papel y consultar enciclopedias porque no existía internet) escribí el obituario.

¿Hay una técnica?
Creo que sí. Hay que transmitir la vida de una persona, sus logros, sus hazañas, sus tropiezos, fracasos, miseria, amores... Y la era en la que vivió.
En el caso de Hammer, se me ocurrió comenzar con un largo párrafo. Era la enumeración de los acontecimientos históricos que le tocó vivir. Eran tantos, que eso daba la idea de su longevidad.

Desde entonces, creo que lo único que debe brillar en un obituario es el estilo. El estilo debe hacer brillar el obituario.

¿Por qué me empeño en decir esto?
Porque los obituarios escritos por personas que conocieron estrechamente al fallecido, corren el riesgo de convertirse en 'Mirad qué importante soy yo, pues conocí al fiambre'.

He visto muchos obituarios donde lo único que se pretendía hacer brillar eran las emociones del escritor, del reportero, del autor del obituario. El fallecido quedaba en segundo término.

En este caso, recomiendo a las personas que van a escribir un obituario, que sean extremadamente secas, casi frías... Así el lector recibe la impresión de que le están contando la vida de una persona, desde un punto de vista honestamente verdadero.

Estoy hablando de escribir un obituario, no de un 'in memoriam'. Eso es otra cosa. Si nos piden un recuerdo de alguien a quien conocimos estrechamente, no hay más remedio que mezclar emociones personales con trazos de la vida de la persona que se fue. Así lo hicimos un montón de amigos de Julio Anguita Parrado, fallecido en la guerra de Irak.

Pero cuando se habla de llenar la columna del obituario de un periódico, lo peor que puede pasar es que esté escrita por alguien que le conoció de forma cercana.

Si le odió, hará un artículo vengativo. Si le amó, entonces será un panegírico. Y si le conoció más o menos, entonces, hay muchas probabilidades de que intente sobresalir, hacerse la importante ('recuerdo cuando tomé café con él, y me confesó: Juan, soy infeliz').

Os dejo aquel obituario que escribí de Armand Hamer.




sábado, 12 de noviembre de 2011

Por qué es tan importante titular bien en internet (incluso más importante que en el papel)

Me la paso todo el día pensando en cómo titular, o mejorar titulares. Veo los medios, comparo, elijo, aprendo, imito...
¿Por qué son tan importantes los titulares?


Porque ahora son más importantes que nunca.

Lo explico.
Antes de Internet, los lectores de periódicos compraban un pack sin mirarlo. Ese pack eran 80 páginas llenas de noticias. Los lectores fieles se pasaban por el kiosco, pedían La Vanguardia, El País o El Mundo, y se ponían a leerlo porque era su periódico. O los recibían en su casa por suscripción como el excelente servicio de ABC.

Eso suponía el 70% de los lectores del periódico. Luego, estaban las promociones de regalo que se hacían en hoteles, universidades, o instituciones, y la gente que pasaba por ahí lo leía gratis. Era el lector-degustación. Como en el supermercado o en los estancos. A lo mejor se aficionaban a este queso o este cigarrillo con sabor a vainilla. Era el 25% adicional.

Y luego, había un 5% (digo yo), que pasaban por delante del kiosco y se enamoraban de una portada: un titular, una imagen, un diseño. Pero eso era todo lo que podían encontrarse.
La portada.

Es decir, cinco, seis a lo sumo diez noticias. Los directores podían ser más o menos ingeniosos titulando pero, a veces, la noticia más leída no estaba en la portada: Ni la mejor titulada ni aparecía en la primera página; y la más atrayente estaba por ahí perdida. Pero no había forma de medirlo.

Internet ha cambiado todo eso.

Cómo se lee un periódico en internet


Hasta ahora pensábamos que era parecido a uno de papel. Abrías una página web y te encontrabas lo que se llama el primer pantallazo. Unas cuantas noticias que cabían en la cuadrícula de tu PC. La diferencia estribaba en que luego movías el ratón hacia abajo e iba a apareciendo el resto del periódico digital.


Ya eso era un gran cambio porque en la portada de un digital aparecen 30, 40, 50... noticias. No lo he calculado. Pero desde luego, es una portada mucho más amplia, larga y versátil que la de papel. Y encima, va cambiando a lo largo del día de modo que en realidad, en esa portada pueden haber salido cien noticias en 24 horas.

Pues ni eso ya vale.
Ahora, mucha gente no lee los digitales desde sus portadas. No entra cada mañana en ellos. Ni siquiera es inmenso el número de lectores que cae por casualidad en los digitales a través del buscador Google.
Ahora leen las noticias en las redes sociales.

Esa es la razón por la que los periódicos digitales meten sus noticias en Facebook o Twitter, y alimentan esas redes sociales con titulares.

Y ahora viene lo bueno: las personas que están en las redes sociales, leen un titular. Eso no quiere decir que lean la noticia, es decir, que pinchen en ella. Solo leen el titular.

¿Es que hay alguna diferencia entre eso y los periódicos de papel que se compran en el kiosco?
Ya lo creo. El comprador del periódico de papel se llevaba el bulto de 80 páginas, llenas de titulares e historias. Pero ya había pagado un euro con veinte céntimos por ello. Y los anunciantes ya habían puesto sus páginas de publicidad.
Pero un periódico digital empieza a ingresar dinero solo cuando el lector pincha en una noticia. repito, hasta que el lector no haga clic, allí no se ve un céntimo de euro.

Pero, ¿es que pincha el lector? No. En muchos casos, ve en su muro  o en su time line, una tira de titulares de periódicos digitales con sus correspondientes enlaces, pero con leer el titular le basta. Solo una pequeña cantidad pincha en el titular y 'entra' en el periódico. Y si le gusta, la recomienda a sus amigos.

¿Qué significa todo eso?
Que los medios digitales ahora venden trozos sueltos de periódicos. No vendemos un pack de 80 páginas 'te guste o no', sino un diario por trocitos. Igual que iTunes. No tienes que comprar el LP sino solo la canción que te interesa.

Pero os recuerdo que hasta que el lector pinche en esa noticia trabajada, escrita y publicada por el medio on line, no se ve un euro.

Lo curioso es que una noticia puede convertirse en una bomba y darte decenas de miles de visitas al día. Una sola noticia. Y la mayoría de los que han leído esa noticia no ha entrado en la portada, o ha navegado en tu periódico digital. Ha sido un éxito gracias a miles de recomendaciones y de enlaces, lo que se llama referrals. Un 1% de tu contenido, te ha dado el 50% de las visitas. Oh, vaya.

¿Lección? Tenemos que escribir buenos titulares porque si no, el lector nunca pinchará. Si el titular es anodino o no provoca intriga, interés o información necesaria, la labor es inútil.
Eso nos convierte a los periodistas en exhibicionistas. Tenemos que exhibir titulares para llamar la atención. Para que el lector pinche.

Y hay que hacerlo sin desilusionarlo porque si 'calentamos' los titulares, el lector pensará que somos sensacionalistas y acabará baneándonos, apartándonos. Lo mismo pasará si le aburrimos.

Nuestros titulares son como los escaparates de las tiendas de ropa. O ponemos modelos atractivos que inciten a entrar (comprar), o el cliente pasará de largo.Y suele suceder que cuando un lector encuentra una noticia atractiva, la tuitea o la comparte en sus redes sociales, y luego puede saltar de red en red hasta convertirse en un fenómeno social.

Pero para lograrlo, hay que hacer bien el primer paso. Fabricar un buen titular. Exhibir bien los contenidos. En eso nos ha convertido internet: en exhibicionistas.




domingo, 23 de octubre de 2011

Un experto de Google afirma que las tabletas impulsarán el periodismo digital

¿Se lee en un ordenador igual que en una tableta? El economista jefe de Google, Hal Varian, piensa que ambos aparatos producen emociones diferentes. Cuando manejamos un PC o un portátil tenemos la sensación de estar trabajando. Una tableta produce una emoción más placentera, de disfrute. Son cosas que dejamos entrar en el hogar como las revistas, los periódicos o la Televisión, dice. Se relacionan con el ocio y el tiempo libre.

Son algunas de las opiniones que Hal Varian ha mostrado en una entrevista en El País. Destaca este experto otras diferencia entre los medios de papel y digitales.

"En EE UU el lector medio de un periódico en papel invierte hasta 20 minutos en leerlo cada día. El lector de prensa digital invierte dos minutos. Así que si lograras que el lector digital también estuviera 20 minutos... sería fantástico, la clave".

La clave para lograrlo serán las tabletas y los móviles, dice Varian."Con dispositivos como las tabletas, la gente empezará a pasar más tiempo en los medios digitales". No duda de que el dispositivo del futuro serán las tabletas.

Mi pregunta es, ¿de qué tamaño? Lo digo porque no sé si un móvil como el Samsung Galaxy IIS, con pantalla de 4,3 pulgadas es muy pequeño para ser una tableta, pero se lee bastante bien en su generosa ventana. O el Note de la misma marca, con pantalla de 5,3 pulgadas se acerca a una tableta. El Galaxy Tab de la misma marca tiene 7 pulgadas.El iPad tiene 9,5.

Sea móvil o tableta, las nuevas pantallas, al ser más grandes, permiten una lectura más cómoda que antes. De modo que los periodistas estaremos escribiendo para estos aparatos (ya lo estamos haciendo) en el próximo futuro, quiero decir, de forma casi exclusiva.

Y otra pregunta: ¿requiere eso un lenguaje nuevo? ¿Se recupera con ello el género del reportaje?

Varian da su opinión. "Creo que las nuevas tecnologías como las tabletas, por ejemplo el iPad, van a revolucionar los medios, porque van a permitir combinar texto con vídeo y voz, y por ejemplo esta entrevista, el lector podría leerla y verla".

¿Habéis visto lo que escribí hace unos meses precisamente sobre eso? Decía que las buenas historias se volverán a contar a lo grande con iPads. Y si pincháis en The Atavist veréis que allí no solo se leen sino de escuchan.

Por eso, estoy de acuerdo cuando Varian dice: "Es el momento de explorar, de ser el primero en crear la mejor experiencia en la tableta". Y para explicar cómo será, añade: "Acabará en un modelo mezclado. Porque el vídeo es muy importante para una conexión emocional, pero el texto y las palabras son básicas para el análisis. Con los terminales móviles o las tabletas puedes juntar emociones y razones, y esto marca la diferencia".



sábado, 17 de septiembre de 2011

¿Está surgiendo un nuevo periodismo anónimo rebelde y con tintes revolucionarios?

Un grupo de desconocidos creó en 2009 el blog financiero Zero Hedge. Bajo el seudónimo de Tyler Durden varios especialistas escriben de forma provocadora o reveladora sobre Goldman Sachs, los manejos de la Bolsa, los métodos de trading o la deuda mundial.

Hace poco, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos les acusó de estar a punto de arruinar a su país pues el blog dijo que Grecia iba a suspender pagos, a quebrar.

No sé qué grado de influencia verdadera tiene Tyler Durden y sus secuaces en el mundo de las finanzas, pero no son unos novatos, manejan información de primera mano, y aunque a veces son muy catastrofistas y marginales, saben de lo que hablan. Y los expertos del mundo entero, desde banqueros a brokers, piensan lo mismo.

¿Son periodistas quienes escriben este blog? A juzgar por su manifiesto creo que sí. 

-Ampliar el alcance de la información financiera, económica y política a disposición del público profesional de la inversión.
-Examinar con escepticismo al periodismo financiero, convertido en una flácida institución, y, en su caso, atacarlo. 
-Liberar el conocimiento oprimido.
-Proporcionar análisis independientes de las fuerzas políticas.
-Facilitar la búsqueda incesante de información en favor de la libertad.

Solo un grupo de periodistas puede escribir un manifiesto contra el periodismo financiero al que acusan de haberse convertido en una institución flácida y al que no dudan en atacar si es necesario.

En el manifiesto explican que se escudan en el anonimato para escribir con libertad, y que en la historia de EEUU ha habido muchos personajes eminentes que se han escondido en seudónimos para criticar a la sociedad, a la política o a los poderosos. Mark Twain, Alexander Hamilton, James Madison y John Jay.

Dicen: "El anonimato es el escudo contra la tiranía de las masas". Exhiben la Primera Enmienda de la Constitución Americana para decir que con ella (la Libertad de Expresión) se protegen las ideas de aquellos individuos que pueden resultar molestos para una sociedad intolerante.

Esto me ha hecho pensar si el anonimato es la nueva forma de rebelión.

El activismo anónimo no es nuevo, pero ¿a esta escala? ¿Con esta influencia? Y sobre todo, ¿en una sociedad abierta?

Antiguamente, el activismo periodístico no tenía medios de darse a conocer salvo panfletos y opúsculos, que podían ser localizados y destruidos, pero ahora, con la tecnología e internet, puede estar en todas partes y actuar en cualquier esquina, entrar y salir, obtener información y sacudir al mundo.

Al menos eso es lo que demostró Anonymous, la red de ciberactivistas que tumban webs de la policía, del gobierno de cualquier país, de ministerios, de tarjetas de crédito, de bancos...

Es lo que mismo que ha hecho Wikileaks. Assange es su cara conocida, pero detrás de esta organización hay muchos periodistas y ciberactivistas. Tienen un conocimiento altísimo de la tecnología y de las redes informáticas. Son anónimos. Garantizan asimismo el anonimato de sus fuentes. Es el nuevo periodismo: anónimo, pero con una potencia desconocida y hasta destructiva gracias a Internet, la red mundial.

La pregunta es: ¿por qué surge en una sociedad libre? ¿Se debe a que no es realmente libre? ¿Acaso han sido castigados los responsables del desastre financiero de 2008? ¿Han pagado su parte de culpa?

Y lo peor: ¿es que los periodistas no saben investigar? ¿O son sus jefes quienes no quieren que investiguen? Si uno vuelve los ojos la prensa financiera española se encuentra con que se ha convertido en el boletín de las notas de prensa de los directores de comunicación de las empresas y bancos españoles.

¿Qué pasaría si un grupo de periodistas decidiera un día rebelarse contra las crónicas publicitarias y publicar la verdadera situación de los bancos y cajas españoles, por ejemplo?

No me extrañaría que, hartos de este periodismo de cajón (porque los jefes les obligan a guardar las crónicas molestas en el cajón) se convirtieran en una especie de Tyler Durden contra el chalaneo de la información financiera. Porque al final, los que se benefician de la información confidencial son unos pocos. Pero el modesto inversor o el ahorrador es el que paga el pato.

Por cierto, Tyler Durden es un personaje de un libro de Chuk Palaniuk llamado "El Club de la Lucha". Este chico, protagonizado en una película del mismo nombre por Brad Pitt organiza un club de luchadores que recoge marginados por las calles. Y al final, ¿contra quién se rebelan de verdad? Contra el sistema financiero haciendo volar edificios que contienen información y registros de tarjetas de créditos y... deudas.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿La foto más polémica del 11-S?


Un grupo de jóvenes sentados a la vera del East River en Williamsburg, viendo apaciblemente la destrucción de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Esa es la foto que consiguió el profesional Thomas Hoepcker aquella mañana y su relato es el siguiente.

Cuando se enteró de que las Torres habían sido atacadas, cogió su vehículo y se dirigió hacia la zona de devastación. Las calles estaban cortadas de modo que buscó otro ángulo. Atravesó el puente de Queensborough y se dirigió hacia Brooklyn y Queens.

La radio estaba dando las noticias de la horrífica escena y calculaba que las muertes podrían asecender a 20.000 personas.

De repente, vio un claro. En medio de cipreses y con una vista amplia de Mahattan, un grupo de jóvenes estaba contenplando a las Torres Gemelas humeantes. Parecía una mañana idilica de finales de verano, dice Hoepcker.

Apretó su disparador.

Al día siguiente, este fotógrafo de la agencia Magnum estaba en su oficina con muchos otros seleccionando fotos de la catástrofe. Eran fotos dramáticas, pero la suya daba una imagen diferente. ¿Había que publicarla? "La foto era ambigua y confusa", afirmó en un artículo reproducido en Slate años después, "y daba una imagen distorsionada de la realidad. La aparté en la caja de imágenes no publicables".

Esa foto apareció en 2006 en una exposición que Hoepcker realizó en Munich, Alemania, su tierra natal. Mucha gente se quedó mirando la foto y quedó consternada. Posteriormente, un comentario de un columnista de The New York Times aumentó la polémica criticando la oportunidad de publicarla.

Hoepcker insiste en que no la publicó sino años después, y quela foto incita a hacerse muchas preguntas. En 2006, Hoepcker escribió: "Creo que la imagen ha afectado a muchas personas precisamente porque sigue siendo confusa y ambigua en toda su clara nitidez. Ese día, el horror llegó a Nueva York, brillante y lleno de color como una película de Hitchcock. Y la única nube en el cielo azul era la señal del humo siniestro que anunciaba una nueva era".
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domingo, 10 de julio de 2011

Lo interesante y lo importante explicado con dos ejemplos rabiosos

El jueves pasado, el Banco Central Europeo subió los tipos de interés en 0,25 puntos (del 1,25 al 1,5%). Me gusta emplear el ejemplo del BCE y la subida de tipos para explicar a los alumnos de periodismo la diferencia entre lo importante y lo interesante.

Que el BCE suba los tipos no solo es importante: es determinante para nuestras vidas porque afectará nuestra hipoteca, a nuestros ingresos, nuestro futuro... De seguir así, no es extraño que un día en el próximo futuro un empresario quiebre o eche a la calle a parte de su plantilla por no poder pagar una línea de crédito cada vez más cara.

El mismo día en que el BCE hacía ese anuncio tan crucial, se producía un evento curioso en un periódico castellano. El Norte de Castilla publicaba en su sección de sucesos que una mujer se había mareado en su domicilio.
En cuestión de horas, la noticia de la señora que se había mareado (no le pasó nada más porque se recuperó), batió los records de velocidad en las redes. Se convirtió en Tema del Día en Twitter, y fue objeto del sentido del humor hiperveloz de esta red de microblogging.

En Lainformación.com levantamos el teléfono y nos pusimos en contacto con la redacción de El Norte de Castilla, y nos dijeron que normalmente se llama al Ayuntamiento y se recibe un parte de sucesos. Entre ellos, aquel día, estaba el mareo (ni siquiera llegó a desmayar) de una señora en su casa. Y alguien transcribió sin filtrar esta información que cualquier medio del planeta habría desechado por insulsa.
Aquel mismo día, se había robado el Códice Calixtiniano pero tampoco pudo superar en popularidad al mareo de la señora, que se colocó como una de las noticias más leídas en lainformacion.com. También triunfaron las hijas de esta noticia como fueron "Una mujer sufre un mareo en su domicilio", segunda parte, y tercera parte, en las cuales contábamos cómo se había producido la noticia, y también quién era el culpable. Los retuits y los "compartir" en las redes superaron nuestras expectativas.

Según confesó un redactor jefe, la culpable era una chica de prácticas.
¿Que demuestra todo eso?
Que las noticias se dividen entre importantes e interesantes.
Y las que suelen vencer la guerra de la atención del lector son éstas últimas.
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domingo, 19 de junio de 2011

Una brevísima forma de escribir historia y algo más


En 2004, el profesor australiano Geoffrey Blainey escribó "Una brevísima historia del mundo". Y tan brevísima. Está escrita con miles de frases muy breves.

Tengo una versión de bolsillo (Península).

Leed esto.

"El islam a menudo es un rompecabezas. Occidente tiende a empañar sus orígenes con un halo de misterio. Se da por hecho que el Islam, surgido en la tierra de los camellos y los pastores nómadas, fue un reflejo de la mentalidad de unas gentes sencillas para quienes cualquier cosa más grande que una tienda era un espectáculo poco habitual. La verdad es que el Islam no surgió tanto en el desierto como en las ciudades amuralladas. Surgió menos entre los vaqueros y pastores, que entre los mercaderes que tenían contacto semanal con el mundo exterior".

He contado cinco frases. Solo hay una yuxtapuesta, la cual he resaltado en negrita.

Blainey ha escrito así un libro de historia. Un libro de historia de la humanidad. Abarca unos 10.000 años en menos de 500 páginas. Para no resultar pesado, su técnica consiste en redactar frases cortas.

¿Por qué funciona? Porque cumple con la ley de la simplicidad: "una frase, una idea". Cuantas más frases yuxtapuestas o subordinadas se introduzcan en una sentencia, más difícil resulta retener la idea nuclear.

Algunos pensarán que esa técnica al final desembocará en una letanía insoportable de refranes. Pero no es así. Se puede acabar el libro sin notar la técnica, lo cual es una muestra de su artesanía.

Y mi pregunta es, si este hombre puede componer todo un libro de historia de 500 páginas contando tantas cosas, ¿por qué no pueden usar los periodistas esta técnica para contar historias?

Es muy fácil.

En mis clases de comunicación, suelo pedir a los alumnos que escriban un texto de una frase y que abarque un folio, o medio folio. Y que lo vayan dividiendo hasta atomizarlo. Es decir, hasta convertirlo en una secuencia de frases cortas.

Luego les pido que lo lean en voz alta: la vieja versión y la nueva.

Y los resultados son incuestionables.
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viernes, 10 de junio de 2011

¡Lo tengo! Trucos de HuffPo para convertirse en uno de los medios más leídos del planeta


Con sus 35 millones de usuarios, Huffington Post se ha convertido en uno de los diarios digitales más leídos de Occidente, por encima de The New York Times.

No es que siga mucho al HuffPo ni que me guste mucho lo que hace, pero hay que estudiar a los que destacan para ver qué se puede aprender.

¿Es que tienen una fórmula mágica?
Seguro que tiene muchas: la larga lista de columnistas populares, esos titulares llamativos, la actualidad, la picardía.
Pero una de esas fórmulas importantes se me reveló hace poco.
Todas las mañanas me meto en Google Analytics, una herramienta que permite saber qué palabras clave está metiendo la gente en Google para llegar hasta Lainformacion.com, el periódico que dirijo.
Una de las más solicitadas era saber el origen del nuevo doodle (garabato) de Google, que es un guiño que este buscador hace a sus clientes metamorfoseando el logotipo para celebrar una onomástica, un nacimiento, un invento. Que si la nave Nautilus de Julio Verne, que si la primavera, que si el vuelo de un astronauta...
El último doodle era sobre un artista (para mí desconocido) llamado Les Paul que había inventado un tipo de guitarra maciza. Google reproducía una guitarra en su logotipo (ver arriba) y si se pasaba el ratón por encima se podía escuchar el sonido de las cuerdas como si estuviéramos pespunteando.
Me hizo gracia.
Cuando me fijé en las palabras clave que miles de personas metían en Google para preguntar por el último guiño, aparte de ‘doodle’, ‘guitarra de les paul’, ‘guitarra google’, había sobre todo muchas cadenas de frases que preguntaban 'cómo tocar guitarra google’.
¿Cómo?
Me parecía rarísimo que la gente se preguntase cómo tocar una guitarra en un logotipo. No le hice mucho caso.
Luego, cuando me metí en HuffPo intrigado por la noticia de que era el diario más leído del universo, y deseando descubrir algún truco mágico, me acerqué a una noticia que me dio la clave:
'How to play guitar on the Les Paul Google doodle'.
¿Ein?
O sea, los de HuffPo miraron lo mismo que yo, pero en lugar de desecharlo con la excusa de ‘qué gilipichis son los lectores’ ellos hicieron una noticia que satisfacía la pregunta de los lectores, y encima lo hicieron usando el camino más corto. “Cómo tocar la guitarra de Les Paul en el Doodle de Google”. Palabras claves y pregunta del momento satisfecha. Ni una palabra de más ni de menos. Todo SEO. Ideal para Google.
Locura. Estupidez. Truco barato. Fin del periodismo. Banalización de la escritura.
Puede ser.
Pero es una de las razones (entre otras) que han convertido a Huffington Post en el diario digital más leído de Occidente. Quizá del mundo porque los chinos no cuentan, ¿no?
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viernes, 27 de mayo de 2011

Si encuentras agujeros, rellénalos con 'esto significa que...': bienvenidos al periodismo político

Los periodistas económicos estamos acostumbrados a opinar con el apoyo de memorias, informes, datos del INE o de cualquier fuente fiable. Y comprobable.
Nos podemos equivocar pero siempre tratamos de acudir a bancos de datos que pueden verificar si nos equivocamos.
¿Son fiables esos bancos de datos?
Los hechos han demostrado que no del todo: las agencias de rating se han equivocado, los auditores se equivocan, los analistas yerran y hasta los informes del FMI la pifian.
Pero es lo que hay y por lo menos podemos hacer deducciones contrastables.
Pero el periodismo político deduce sus conclusiones de algo muy parecido a la cábala. ¿Sus fuentes? "el entorno de un partido", "un cargo destacado", "fuentes vinculadas con alguien"...
Estos días he estado leyendo las interpretaciones de los analistas políticos sobre el volcán que ha estallado en el Partido Socialista. Unos dicen que Rubalcaba está detrás de la maniobra contra el propio presidente de Gobierno. Otra que unos barones del partido se están moviendo para renovar al PSOE después de su mayor batacazo histórico. Y los hay que piensan que cuando Carme Chacón, la ministra de Defensa, rechazó presentarse a las primarias se debe a que la están reservando para la contienda electoral de 2016, o que no se presenta porque al ser catalana, tiene menos posibilidades que si fuera vasca.
No lo sé. En serio que no lo sé.
Puede ser que acierten algunos. Pero lo que no entiendo es la cantidad de cábalas que se han hecho sin aportar pruebas fehacientes como "una grabación obtenida subrepticiamente confirma que Rubalcaba dijo...", o "el acta de tal reunión confirma que ZP dijo lo otro".
No.
Lo que encuentro es un montón de espacios vacíos que los periodistas políticos rellenan con la vieja manía de "esto significa que...".
Es decir, que unen el hilo roto de dos confidencias con "si A es igual a B, y B es igual C, entonces, A es C".
Puede ser. No digo que no. Pero acostumbrado a que las cosas no solo se deben interpretar sino probar, me quedo atónito tras leer tantas columnas de opinión donde solo falta, como en esas novelas históricas de hoy, que digan: "Y la reina Isabel le dijo a Fernando de Aragón: "Plugo a Dios que conquiste América".
¿En serio? ¿Estuvo usted allí?
Muchas de las informaciones políticas están basadas en soplos. Los soplos pueden ser verdaderos pero también, como suele suceder, son bastante interesados. Se puede intoxicar fácilmente a un periodista político con un telefonazo y sin ningún papel o documento que lo demuestre.
Si algún periodista económico recibe una llamada de un empresario el cual afirma que la empresa X (su competidor) pierde dinero en lugar de ganarlo, pues el periodista tiene que acudir a registros, CNMV, o adonde sea para comprobarlo.
Pero como eso no existe en el periodismo político, cada profesional pone su punto y coma en un cuento que se convierte al final en una historia llena de sentido.
¿Y si hay agujeros? ¿Y si hay lagunas?
No pasa nada. Se rellenan con la vieja artesanía retórica de "esto significa que...". Lo importante es que tenga sentido.
Genial.
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domingo, 24 de abril de 2011

¿Cómo encadenar párrafos sin usar conectores?

Me apuesto una cena a que un periodista no puede escribir un artículo de 100 palabras sin usar los viejos conectores: sin embargo, paralelamente, por otro lado, asimismo, en cambio, por el contrario...

Esa fórmula a veces es inevitable, pero se convierte en fatigosa cuando surge por la pereza del autor. No es un misterio decir que en algunas escuelas de Escritura Creativa se enseñan métodos simples, pero muy eficaces, para que la transición de un párrafo a otro sea tan suave como la de esas secuencias de película con planos tan bien montados que el espectador no percibe los cortes.

Cuando uno está viendo una película "y se da cuenta de que está viendo una película" es porque el montaje ha fallado: hay un plano que no encadena con otro y el espectador sale de su visión inconsciente. En la escritura, la torpe transición de un párrafo a otro produce la misma sensación. Despiste.

Las mejores transiciones son las que pasan de modo sutil y automático ante la mente consciente. En esos momentos, no nos damos cuenta de que estamos leyendo. Estamos absortos. Nos hemos sumergido en la lectura y ni siquiera emergemos para tomar aire. Son trucos invisibles empleados por los maestros. Y bien, ¿y cuáles son esos trucos?

1. Palabras repetidas. Consiste en escoger una palabra o serie de palabras del párrafo anterior y repetirlas en el siguiente. Por ejemplo, en el tercer párrafo de este post repito la palabra "película" que estaba en el segundo párrafo.

2. La pregunta. Hay varias formas. Finalizar un párrafo con una pregunta, y responderla en el siguiente. Lo he hecho en el cuarto párrafo de este post, al acabar con ¿cuáles son esos trucos?
La pregunta puede empezar el párrafo siguiente. Es decir, podía haber hecho punto y aparte en trucos invisibles, y empezar el otro párrafo con
¿Y cuáles son esos trucos?

3. Crear sentencias paralelas. Acabar un párrafo con esta una frase como esta: "... lo cual da solidez, claridad y fuerza a una novela".
Y empezar el párrafo siguiente de forma parecida: "Aparte de solidez, claridad y fuerza, una novela necesita personajes creíbles".

4. El sentido. Creo que es la más difícil pero puede ser la más espontánea. Sucede cuando los párrafos nacen para resolver el sentido de la historia que se cuenta. Las frases del principio y del final de cada párrafo sirven de eslabón porque explican, detallan, sorprenden, hilan o intrigan. Voy a poner un ejemplo.

"El gobierno de Islandia pensó que una forma de depender menos de las oscilaciones económicas mundiales era subir los tipos de interés. Este pequeño país llegó a tener tipos de interés del 15%. Insólito.

Entonces sucedieron varias cosas: por un lado, los islandeses pedían créditos en moneda extranjera para evitar sus costosos créditos locales. Por otro, los inversores internacionales (bueno, sí, especuladores) se sintieron tentados a poner su dinero en Islandia porque les daban hasta un 10% de interés.

Como siempre, el reflejo de todo ello era que la moneda local, la corona, se iba revalorizando. ¿Qué significaba eso? Que importar productos era más barato.

Para colmo de coincidencias, el planeta vivía desde mediados de los años setenta en la imparable corriente de la liberalización financiera. EEUU y Gran Bretaña, se habían sumado a esta corriente nacida en la mente de los economistas de Chicago (Milton Friedman fue el padrino) de modo que el capitalismo popular se convirtió en su lema, y el gobierno islandés decretó la liberalización de los servicios financieros.

Los bancos islandeses no se quedaron atrás: poco a poco, los grandes bancos públicos fueron privatizados. Los nuevos accionistas eran grandes emprendedores y para atraer capitales y prestar dinero, podían ofrecer jugosos tipos de interés. De este modo, fondos de inversión y banqueros de otros países, pusieron sus ojos en Islandia y a esa pequeña isla dirigieron sus ahorros."

Como veis, cuando se trata de una narración histórica, el encadenamiento es más fácil porque el lector ya entiende que un hecho viene tras otro. El problema surge cuando tratamos de demostrar algo sin recurrir a la historia. Entonces, las tres formas anteriores de encadenar párrafos representan una buena salida.

Y por supuesto: meter de vez en cuando un conector como acabo de meterlo yo ahora.
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sábado, 9 de abril de 2011

Unos minutos con el periodista de The Guardian que publicó las filtraciones de Wikileaks


David Leigh estuvo esta semana en Madrid presentando su libro "Wikileaks y Assange", (Deusto) que firma junto con otro periodista llamado Luke Harding.

El libro está descrito en tercera persona, a pesar de que Leigh es protagonista de algunos pasajes como el encuentro con Assange en un hotel de Noruega. "Usé la tercera persona porque en realidad mucha gente de The Guardian intervino en el libro y en la investigación", me dijo pocos minutos antes de comenzar la rueda de prensa en Madrid.


Aproveché esos minutos para preguntarle por esa primera vez que vio a Assange. "Oye", le dije", "no te sonó raro que en medio de una fiesta en un hotel, llegase Assange y te dijera: '¿Quieres ver algo especial? Sube a la habitación conmigo".

Leigh se echó a reír. "Sonaba muy raro", confesó. Una vez en la habitación, Assange le mostró el espectacular video donde un helicóptero Apache ametralla y mata en Bagdad a doce personas, entre ellas dos periodistas de Reuters. "Fue lo más fuerte que he visto en mi vida", confesó Leigh.

Le confesé que le envidiaba por todo lo que ha vivido con el caso Wikileaks. "Estas cosas pasan una vez en la vida", reconoció. Luego, en la rueda de prensa, Leigh afirmó que gracias a Assange y a Wikileaks el periodismo de investigación está renaciendo.

Es verdad. Hablamos de que los medios de comunicación están viviendo un cambio de modelo y lo están haciendo en medio de una crisis económica. Como todo eso está desbaratando la cuenta de resultados de las empresas periodísticas, y entonces recortan los fondos para la investigación porque es muy costosa. Tener a uno, dos o tres periodistas sin producir artículos diariamente es muy costoso. Tener a un equipo de investigación gastando dinero en viajes, en recursos, en hoteles, en citas con fuentes confidenciales y sin producir mientras tanto un solo artículo, es muy oneroso.

Por eso, no había grandes historias en la prensa desde hacía mucho tiempo. Había historietas. no grandes historias. No revelaciones.

Eso es lo que hay que agradecer a Wikileaks. Y a Assange, a pesar de que está medio loco y que es un poco raro. Por ejemplo, con las mujeres. El episodio de sus extravagancias con dos suecas que le admiraban, al final ha enemistado a Assange con The Guardian. Están peleados porque The Guardian publicó que Assange no había tenido cuidado al acostarse con dos mujeres en diferentes días, las cuales, al ver que no usaba preservativo, le exigieron que se hiciera la prueba del sida. Assange se negó. Le denunciaron.

The Guardian publicó este comportamiento delictivo (razón por la cual puede ser extraditado desde Londres), pero a Assange no le gustó. Les dijo que no publicasen nada de eso. No quería ser transparente con su vida personal, en lo cual tiene razón... siempre que no haya una denuncia por medio.

Leí el libro de Leigh y me gustó mucho. He leído otro de Greg Mitchell titulado "La era de Wikileaks" (The Age of Wikileaks), que no está en español. Es un resumen de lo que todos sabemos y está bien por eso.

Y me queda por leer la visión de Wikileaks del máximo colaborador de Assange, el alemán Daniel Domscheit-Berg, que se separó y fundó OpenLeaks.org. Ha escrito "Dentro de Wikileaks" (Ediciones Roca).

Aquí os dejo lo que publiqué en 233grados sobre la rueda de prensa de Leigh. Otra entrevista (en inglés) que le hizo TechCrunch.

Y además, lo que publiqué días antes en mi blog de Lainformacion.com, cuando se cumplió un año de la aparición en público del video del helicópero Apache que nos estremeció.

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martes, 5 de abril de 2011

Las buenas historias se volverán a contar a lo grande gracias a las tabletas

Tuve una conversación con el periodista Miguel Angel Uriondo (Actualidad Económica) hace meses. De repente, sacó su tableta, una Samsung, la manipuló y dijo: "Creo que vamos a tener que escribir para esto, y encima hacerlo en un lenguaje nuevo".

Yo pensaba lo mismo.

Las tabletas se extenderán como un medio más de lectura de periódicos, pero llegará un momento en que modificarán la forma de escribir periódicos digitales.

Porque estamos hablando de dos cosas que se pueden hacer con las tabletas: la primera, navegar por un periódico como lo hacemos con el portátil o el PC; la segunda, leer artículos como si fueran libros o revistas, pasando las páginas deslizando el dedo. Una lectura más natural.

Pongo un ejemplo.

Es más fácil leer The Economist en una tableta que leerlo en un PC e incluso que leerlo en papel. Haced la prueba: os descargáis la versión para el iPad, por ejemplo, y os tumbáis en el salón. Ni siquiera hace falta deslizar el dedo: basta tocar la pantalla con la yema para pasar página.

Si eso es más cómodo, ¿por qué no escribir artículos para el Ipad, para las tabletas? Incluso, volveríamos a ver artículos largos. Es casi una contradicción con lo que dije en este blog hace semanas, donde animaba a escribir artículos cortos con frases cortas.

Pero claro, me refería a navegar.

Las tabletas cambian ese prejuicio porque, gracias a una aplicación, permiten leer "pasando página".

La idea de escribir especialmente para tabletas me estaba dando vueltas desde hace tiempo. Ahora he comprobado que un grupo de periodistas norteamericanos ha puesto en marcha algo que resuelve el enigma. Miguel Fernández, fotógrafo mexicano de Lainformación.com, me envió este enlace. Se trata de The Atavist, un portal que reivindica los artículos largos, especialmente concebidos para el iPad.



"Una buena historia bien contada". Ese es uno de sus lemas. Porque hay historias que merecen ser contadas sin cortes.

Lo que pasa con el periodismo digital es que para ser leído, necesita resumir, cortar, extractar, meter en pastillas... En caso contrario, el lector no presta atención o se extravía.

Pero con las tabletas, es decir, gracias a cosas como el iPad, se puede volver a las leer buenas historias escritas por buenos periodistas. "Más largas que un artículo, más cortas que un libro", dicen en The Atavist.

Lo he probado: me descargué una historia (la demo), y descubrí que además podía escucharse. Era una delicia escuchar ese largo reportaje. Claro, delicia de fin de semana.

Pero me pareció muy cara cada una de esas historias: por muy larga que sea, 2,39 dólares por una historia o un reportaje es casi lo que uno pagaría por un periódico de fin de semana. Pero me encantó leer/escuchar esa historia como si fuera una novela corta, pasando las páginas a la vieja usanza.

Creo que el futuro también va por ahí. O parte del futuro.
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sábado, 26 de marzo de 2011

Dos libros para aprender a escribir para las arañas de Google



¿Técnicas black hat? ¿Títulos para arañas? ¿Hiperlinks?

Esto no nos lo habían enseñado en la Facultad.

¿El periodismo de internet tiene otro lenguaje? Bueno, no exactamente, tiene otra forma de construir la información.

Los robots de Google no entienden bien los titulares metafóricos. Ejemplo: si la gente está buscando en internet "ultima hora guerra de Libia" y nosotros escribimos un titular "Los hijos de Aníbal reciben su merecido", nadie leerá nuestra crónica. Las arañas de Google pensarán que allí no hay nada relacionado con Libia.

Eso es parte de la verdad. Pero no toda la verdad porque hay formas de usar un titular para Gooogle y otro para los lectores. Se pueden usar titulares metafóricos o puramente periodísticos, y enganchar el interés de los robots de Google.

Lo mismo sucede con el texto. La tendencia indica que deberían ser más cortos. Párrafos cortos como estos de este post. Frases cortas cómo ésta misma. Pero no es una regla de oro.

Lo que sí está claro es que quien desee escribir en internet y ser atrapado por las arañas, por lo menos debe conocer estas reglas.

Gran parte de ese conocimiento se puede encontrar en dos libros. "Texto Vivo: escribir para la web" de Jonathan y Lisa Price (Prentice Hall). Y "Seo: cómo triunfar en buscadores" (Esic). No son recientes, pero todavía están vivos.

Por cierto, black hat es la técnica que se usa para engañar a los robots de Google para que te posicionen en la primera página de búsqueda. Son formas de engañar al algoritmo del buscador. Se llaman así porque en las películas de vaqueros, los malos usaban sombrero negro, y los buenos, sombrero blanco.
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martes, 22 de marzo de 2011

Técnicas de La Contra, la página de entrevistas más lograda de este país

La última página de La Vanguardia se ha convertido en la página más lograda de entrevistas de este país. Realizadas por tres periodistas que se alternan, escogen personajes conocidos o desconocidos, a los cuales, como a las naranjas, les extraen toda su esencia.

Como detrás de todo lo que tiene éxito suele haber un método, me preguntaba cuál es el método de La Vanguardia.
Distingo varios:

1. Las respuestas no pueden ocupar de media más de cinco líneas de texto justificado. Hay algunas que son más largas, pero la media no pasa de cinco líneas.

2. La mayoría de las preguntas no pasan de una línea.

3. Muchas preguntas son monosílabos como "¿Y?", ¿Cómo?"...

4. Dado que solemos dar largas respuestas, una de las claves es la edición: se resumen las respuestas, se concentra, con lo cual se dice mucho más y no se pierde el tiempo. Técnica Reader's Digest.

5. El formato no suele ser agresivo ni ofensivo. Esto da confianza al entrevistado. Además, las personas entrevistadas suelen conocer ese estilo y esa página.

Todo eso requiere mucho esfuerzo. En primer lugar, plantear buenas preguntas y llegar a un grado de penetración del personaje, que le permita sentirse cómodo. Segundo, resumir, resumir, y resumir.

Los periodistas, por la pura teoría del "mientras más esfuerzo, más tiempo", suelen meter las entrevistas sin preocuparse mucho de editarlas. Así ganan tiempo. Por eso muchas entrevistas son aburridas.

Os dejo una excelente entrevista a Edurne Pasabán, la alpinista. La he sacado del blog del autor, Víctor Amela, uno de los tres entrevistadores de La Contra. Los otros son Inma Sanchís y Lluís Amiguet.

Aquí tenéis todas las entrevistas de La Contra.
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domingo, 6 de marzo de 2011

Periodismo del siglo XXI: selecciona lo importante y resúmelo con la mitad de palabras

Este domingo 6 de marzo, El Mundo entrevista a Nicolás Negroponte. Fundador del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussetts, experto en Internet, gurú, afirma que ahora más que nunca, el periodismo de calidad debe sobresalir.

Y lo explica así:

"En general, un mundo está mejor informado cuantas más voces y más puntos de vista haya. No todas esas voces y puntos de vista sin embargo han sido creados iguales. La necesidad de periodistas de talento no solo no está cayendo sino que está aumentando. Yo recomendaría hoy una carrera en periodismo porque es necesaria une nueva forma de periodismo que diferencie el grano de la paja. No sé exactamente cómo será; sólo sé que es necesaria. Nuestro recurso más escaso en ese inicio de siglo es nuestra capacidad de atención. Y ahí es donde debe entrar en buen periodismo".

Aquí hay dos reflexiones.

La primera, es que los periodistas deben resaltar lo importante para que el lector no se extravíe en la jungla de la información. Es una buena reflexión.

La segunda, es que para combatir el déficit de atención, los periodistas deben cambiar su forma de escribir. Su forma de escribir en internet.

Los neurólogos afirman que internet y su flujo permanente y creciente de datos, crea un déficit de atención. Cada vez es más difícil concentrarse en una sola cosa, en una sola lectura, en un solo artículo. No hay tiempo porque hay que leer muchas cosas. Si nos entretenemos demasiado con algo, nos perdemos un millón más.

Por eso, el libro "Texto Vivo" de Jonathan y Lisa Price (Prentice Hall), explica en su capítulo dos cómo escribir para internet. Párrafos cortos. Artículos cortos. Títulos cortos. Frases cortas. "Reducir a la mitad un texto basado en el papel", afirman.

Reduce, recorta, resume.

Conclusión: ese periodismo al que se refiere Negroponte tiene dos desafíos. 1. Seleccionar y analizar lo importante para el lector; y 2. hacerlo en la mitad de espacio que antes.

domingo, 27 de febrero de 2011

Noticia bomba: Google quiere artículos originales y de calidad

Desde que estoy sumergido en la tornillería de la prensa digital, me siento agobiado por esa cajita que aparece en Google, la cajita de las búsquedas.

Ah, si pudiera conocer su fórmula secreta. ¡Si pudiera saber qué claves hay que usar para que Google me pusiera entre las páginas más vistas!

A veces pienso que bastaría concentrarse un poco para captar las palabras que en este momento millones de personas están tecleando en Google, y crear artículos con esas palabras para que Google me leyera, me enganchara y me elevara a la fama.

¿Se puede?

Hay pistas. Uno puede entrar en Google Trends y ver qué palabras son las más buscadas en España, en el mundo. Aquí están klas de hoy domingo 27 de febrero por la mañana. Las copio: Libia, al jazeera, interviu, antena 3 series, hespress, OT 2011, Shakira, Facebook...

Si yo fuera el mago Merlín escribiría un artículo con todos esos contenidos. Y titularía:

"Al Jazeera afirma que Shakira no cantará en Libia tras haber salido en Interviu con otros miembros de OT 2011 que están en un grupo de Facebook llamado amigos de Series de Antena 3".

Con ello me haría la ilusión de engañar a Google. Eso es lo que hacen millones de webs cada día en el mundo, haciendo corta pega de textos populares y saliendo en las primeras posiciones del buscador.

¿Engañar a Google? Cuando los expertos en SEO (Search Engine Optimization) oyen eso de engañar a Google, tuercen la boca y dicen: "A Google no se le engaña". Es como si el buscador fuera tan listo que adivinase quién le engaña.
Pero tan listo no debe ser porque cada cierto tiempo mejora su algoritmo de búsqueda para que no le engañen. Porque le engañan. Hace unas semanas se dio cuenta en EEUU que dos empresas le estaban engañando al posicionar sus webs en lugares privilegiados mediante trucos asquerosos: eran J.C. Penney y Overstock.com.

Un artículo de The Wall Street Journal sacaba los colores a Google a raíz de esos defectos profundos. Resulta que un profesor de la Universidad Berkeley (California) llamado Viwek Wadhwa desató la polémica al escribir en su blog que sus alumnos cada vez tienen más problemas para encontrar buena información en Google porque la mayoría es spam (basura). "Google se ha convertido en una jungla", decía.
Y se cebaba con la famosa page-rank: " La página actual es fácil de cazar: sólo tienes que añadir las correctas palabras clave a un cierto contenido basura o pagar a Google por un anuncio, y el anuncio aparece en la parte superior de la lista de resultados de todo el mundo".

Una prueba de que los robots de Google son peores que las personas a la hora de seleccionar noticias, es que Facebook y Twitter se están convirtiendo en las mejores fuentes de contenido bueno, de calidad y original. Enlazan y recomiendan artículos o páginas mejor que Google. Son las personas a las que queremos o admiramos las que nos recomiendan los mejores contenidos. ¡Viva el periodismo!

Consciente de esas críticas, Google ha decidido reprogramar sus robots-araña. Esta semana supimos que ha hecho nuevos ajustes y ahora tratará de destacar contenidos originales y de gran calidad. Nada de textos copiados y pegados de otros medios sino producción propia de las páginas web. ¡Gran noticia para los periodistas!

Es justo lo que dije en otro blog días antes ("Cómo engañar a Google y hacer milllonario"). Analizaba la venta de Huffington Post a AOL por 315 millones de dólares, y citaba un artículo (un poco envidioso) de New York Times, en el cual se quejaba que HuffPo se había posicionado bien porque engañaba a Google con artículos malos pero bien titulados para SEO.

Y en mi blog, decía que Google en el fondo sólo desea dar lo que buscan millones de personas, y por eso anda siempre cambiando su algoritmo. "...eso es lo que el famoso buscador valora cada vez más. Originalidad y calidad".

Fueron las mismas palabras usadas por un artículo de El País para referirse a lo que Google está buscando ahora. "El nuevo algoritmo introduce criterios de calidad y originalidad del contenido. Es decir, para aparecer en primeras posiciones de resultados de búsqueda, no sólo es importante haber sido referenciado por otros sitios web, si no ofrecer un contenido original y de calidad"

De modo que, amigos periodistas: no hay que comerse el coco escribiendo titulares para los SEO sino escribiendo buenos artículos. Eso sí, por favor, buenos artículos significa que hay que pensar en los lectores. Tesis doctorales prohibidas.

(Una duda: cómo hacer para que un robot distinga un contenido original y de calidad, de otro basura, ¿eh?)
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sábado, 22 de enero de 2011

¿Y si en el futuro nos leyeran a través de Twitter?

Cenaba esta semana con Yago Perrin, empresario y fundador de la web de apuestas Bet365, experto en tenis (tiene el blog Punto de Break), amante de toda la cacharrería de internet, cuando me dijo algo que ya me viene sonando al oído desde hace meses:
"Yo no leo periódicos, ni siquiera los digitales. Miro Twitter y si veo algo que me interesa, pincho en en enlace. Así no pierdo tiempo".

Unos meses atrás, leí en Twitter el siguiente comentario de Martin Varsavsky, fundador de Jazztel, promotor empresarial y business angel. "Estoy en el restaurante Sant Celoni. El camarero me dice que si quiero un periódico mientras espero, y le respondo que ya tengo Twitter" (no es literal, pero casi).

Twitter se adapta al mensaje periodístico como un anillo al dedo. ¿Por qué? Porque la gente entra en Twitter para estar al día, o a la hora, o al minuto, porque eliges la fuente de noticias (un gurú, un amigo, un periódico...) y porque los mensajes cortos te permiten leer muchos en poco tiempo.
Las noticias bien tituladas o las informaciones candentes de última hora son ideales para este medio de mensajería corta.

Y ante la avalancha de información a través de tantos medios, no seria de extrañar que lo más leído en un periódico dentro de unos años sean sus mensajes en Twitter. No los periódicos, sino sus micromensajes. ¿Prueba? Arthur Sulzberger, presidente de The New York Times, afirmó en un evento en Munich que cada cuatro segundos, se retuitea un artículo de su periódico. Esto significa que Twitter es el medio que expande más rápido los contenidos de NYT. (Conferencia Digital, Life, Design #dld2011)

Por ahora, creo que hay unos dos millones de personas con perfil en Twitter en España. Es el país que mas crece en este sistema de comunicación. ¿Y dentro de cinco años? ¿Diez?

¿Lo saben las facultades?
¿Hacen escribir a sus alumnos para Twitter?
¿Lo saben los periodistas?

Temo que no porque muchos miran Twitter sin interés, pensando que es "esa tontería para decir chorradas". Lo mismo dijeron de internet.

(Mi perfil en Twitter es @ojomagico)