Los neurólogos todavía andan discutiendo si la mente humana puede entender las frases negativas. Unos dicen que no: que el inconsciente no sabe interpretar las negaciones, que es una autodestrucción de la mente, que no estamos preparados.
Luego vienen los psicólogos de la conducta que nos aconsejan no usar negaciones o frases negativas, pero no porque no las entendamos, sino porque son pesimistas, nos impiden actuar. Y luego están los expertos en PNL o Programación Neurolingüística, quienes afirman que las frases positivas nos ayudan a alcanzar antes nuestra meta. Piensa en positivo y obtendrás tu recompensa.
Yo no voy por ahí.
Pienso que las negaciones siempre tienen algo perverso. Puede ser atractivo y las he usado mucho en este post, pero hay algo dañino en ellas. Hace tiempo, leí que Hemingway desaconsejaba (antes había escrito 'no aconsejaba') abusar de las negaciones, o de las composiciones negativas. Era mejor usar sustitutos positivos, aunque fuese una frase dramática o una situación pérfida.
Los lingüistas afirman que una de las técnicas más simples de sugestión hipnótica es la negación.
Ordenan: "No piense usted en el color azul". Y claro, para entender esa frase, es preciso pensar en el azul. Eso es lo que exponen Grinder y Bandler en Tranceformations.
El director de la revista Muy Interesante me recomendó una vez escapar de la tentación de poner No en la portada. Estaba demostrado que las ventas caían cada vez que se usaba una negación en la portada.
Las dobles negaciones son construcciones muy difíciles de entender en castellano. “No puedo no dejar de ir”, es difícil de entender. Pero decir “tengo que ir” es más fácil y encima es lo que significa esa frase.
O bien, negaciones combinadas con verbos de omisión o de negación. “El juez se negó a suspender una frase del acusado donde omitía su participación en el asesinato”. Es un tanto alambicada. “Suspender” y “omitir” son verbos negadores en cierta forma. Es mejor decir: “El juez incluyó la frase del acusado donde afirmaba no tener relación con el asesinato”.
Las frases en positivo son psicológicamente más inteligibles. Las negaciones necesitan afirmaciones. Por ejemplo, si yo digo “Fulanito de tal se fue al campo a coger amapolas pero no logró traer ninguna”, en realidad es una afirmación, una realidad.
¿Qué problemas traen las frases negativas? Que tardamos más en comprenderlas. Esto es lo que dice el profesor Francisco Valle Arroyo, de la universidad de Oviedo. “Numerosos estudios empíricos, en dos décadas de investigación psicolingüística, han puesto de manifiesto que en general las oraciones negativas son más difíciles de entender que las afirmativas correspondientes, y esto tanto si se trata de tareas de relleno como verificación. La dificultad de comprensión ha sido definida operacionalmente como el tiempo de reacción (TR), es decir, el tiempo que transcurre desde la presentación de la frase hasta que el sujeto da una respuesta adecuada: completa la frase que le había sido presentada o evalúa la verdad o falsedad de la misma.”
2 comentarios:
Escribe usted: “No puedo no dejar de ir”, es difícil de entender. Pero decir “tengo que ir” es más fácil y encima es lo que significa esa frase.
"No puedo no ir" o "No puedo dejar de ir" es "Tengo que ir". ¿Qué es "No puedo no dejar de ir"?
Por cierto, esa coma detrás del entrecomillado (“No puedo no dejar de ir”, es difícil...)es incorrectísima.
Gracias
Publicar un comentario