Cuando dirigí el periódico Metro, me encontré con que no usaban las interrogaciones en los titulares. Ni interjecciones, por supuesto.
Era como encontrarse con un diplodocus en la pradera.
Metimos entonces toda clase de signos en las portadas pues, ¿para qué están los signos?
Hoy lei en El País este titular:
"(Des)concierto en la Habana"
Es sobre el concierto organizado por Silvio Rodríguez a favor del régimen castrista. Me parece un titular original y que refleja dos cosas: el concierto del cantante, y el desconcierto que produce saber que ese cantante proclamó hace dos semanas que Cuba necesitaba un cambio, Además, el régimen sigue sin aceptar ninguna apertura política.
Los lingüistas llamarían a ese uso de los signos con doble significado "metainformación", o algo así. Es simplemente imaginación.
La prensa norteamericana usa desde hace mucho tiempo las interrogaciones.
¿Adónde va Obama? ¿Quién está del golpe en Guinea? ¿Cómo se puede arreglar un coche con un destornillador?
Se pueden usar interjecciones: "¡Hasta los pelos! El éxito de Marco Aldany".
O también signos que cuando se juntan, significan un insulto:
"El presidente del equipo de fútbol es un $%&*@#".
A mí me encantan los dos puntos:
"Atención: recuperación a la vista".
No se puede abusar de estas sencillas técnicas, pero los medios de comunicación, sobre todo periódicos, que sigan anclados en el titular clásico, se están quitando posibilidades.
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