sábado, 22 de enero de 2011

¿Y si en el futuro nos leyeran a través de Twitter?

Cenaba esta semana con Yago Perrin, empresario y fundador de la web de apuestas Bet365, experto en tenis (tiene el blog Punto de Break), amante de toda la cacharrería de internet, cuando me dijo algo que ya me viene sonando al oído desde hace meses:
"Yo no leo periódicos, ni siquiera los digitales. Miro Twitter y si veo algo que me interesa, pincho en en enlace. Así no pierdo tiempo".

Unos meses atrás, leí en Twitter el siguiente comentario de Martin Varsavsky, fundador de Jazztel, promotor empresarial y business angel. "Estoy en el restaurante Sant Celoni. El camarero me dice que si quiero un periódico mientras espero, y le respondo que ya tengo Twitter" (no es literal, pero casi).

Twitter se adapta al mensaje periodístico como un anillo al dedo. ¿Por qué? Porque la gente entra en Twitter para estar al día, o a la hora, o al minuto, porque eliges la fuente de noticias (un gurú, un amigo, un periódico...) y porque los mensajes cortos te permiten leer muchos en poco tiempo.
Las noticias bien tituladas o las informaciones candentes de última hora son ideales para este medio de mensajería corta.

Y ante la avalancha de información a través de tantos medios, no seria de extrañar que lo más leído en un periódico dentro de unos años sean sus mensajes en Twitter. No los periódicos, sino sus micromensajes. ¿Prueba? Arthur Sulzberger, presidente de The New York Times, afirmó en un evento en Munich que cada cuatro segundos, se retuitea un artículo de su periódico. Esto significa que Twitter es el medio que expande más rápido los contenidos de NYT. (Conferencia Digital, Life, Design #dld2011)

Por ahora, creo que hay unos dos millones de personas con perfil en Twitter en España. Es el país que mas crece en este sistema de comunicación. ¿Y dentro de cinco años? ¿Diez?

¿Lo saben las facultades?
¿Hacen escribir a sus alumnos para Twitter?
¿Lo saben los periodistas?

Temo que no porque muchos miran Twitter sin interés, pensando que es "esa tontería para decir chorradas". Lo mismo dijeron de internet.

(Mi perfil en Twitter es @ojomagico)


jueves, 23 de diciembre de 2010

Así consiguió El País la exclusiva de WikiLeaks

Como muchos periodistas envidiosos, me andaba preguntando yo qué había hecho El País para conseguir la exclusiva de WikiLeaks.

Este diario español publica desde finales de noviembre de este año los papeles confidenciales que filtra esta organización de hackers-periodistas. Es el único diario español que lo hace. Los cables, videos y documentos filtrados por Wikileaks son joyas que a los periodistas nos gustaría tener una vez al año.

El director de El País, Javier Moreno, no quiso confesar cómo se gestó todo, a pesar de que el domingo pasado escribió sobre ello en su periódico, tanto en la versión digital como la de papel.

Dice allí que un viernes por la tarde del mes de noviembre, recibió una llamada de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, donde le proponía un encuentro. Pero Moreno en ningún momento dice cuándo comenzó esta labor de contactos y cómo.

Muy sencillo. Fue en verano de este año.

Por partes. En abril, Wikileaks saltó a la palestra mundial porque filtró un espectacular video donde dos helicópteros norteamericanos Apache disparan y matan a un grupo de hombres en Bagdad, entre ellos a un fotógrafo de Reuters y a su chófer-ayudante.

El 25 de julio, WikiLeaks permitió que tres medios mundiales publicaran papeles del Pentágono en la guerra de Afganistán. Eran The New York Times, The Guardian y Der Spiegel.

Esto despertó el interés de El País por ser el primer medio en castellano en publicar exclusivas de Wikileaks. Se puso en contacto con los representantes de Der Spiegel en España, y estas personas se pusieron en contacto con la central del semanario en Hamburgo. Fue a través de estas gestiones como El País consiguió contactar a Wikileaks. Según fuentes de Der Spiegel, eso sucedió en verano, antes de agosto. Es de presumir que el mismo mes de julio.

No fueron los únicos medios españoles en solicitar las exclusivas. Otro medio, lainformacion.com también lo intentó, pero como es lógico, WikiLeaks quería el mayor medio de cada país, o por lo menos que estuviera entre los tres principales.

La organización Wikileaks deseaba la máxima repercusión, tanto en España como en países hispanohablantes.

Tan sencillo, tan eficiente. Esa fue la historia de cómo El País logró tomar parte en las mayores filtraciones de documentos de la humanidad.

domingo, 19 de diciembre de 2010

WikiLeaks nos ha enseñado más relaciones internacionales que todas las clases de la Facultad

Lo que más me ha gustado de las filtraciones de los cables de las embajadas norteamericanas en el mundo, es que el mundo ha conocido cómo funciona la diplomacia internacional.
Hemos aprendido más de relaciones internacionales, que todos los libros que nos enchufábamos en clase.
¿No es delicioso comprobar cómo presiona EEUU a la justicia española? ¿Cómo intenta bloquear un supercontrato de una empresa española en el canal de Panamá'
Pero hay más cosas que tenemos que agradecer. Por ejemplo, al ser la mayor potencia del globo, sus embajadas están repartidas en todo el planeta y nos sirven para tener las pruebas de cosas que habíamos escuchado por ahí.
Hace tiempo, un empresario español que operaba en Marruecos me comentó que allí la corrupción de los funcionarios era descarada.
Yo le dije que quería hacer un reportaje pero él se negó a participar porque podía arruinar sus negocios allí. Prefería pagar comisiones que perder el negocio. Por eso me encantó ese cable de la embajada donde revela que los funcionarios marroquíes son corruptos y que piden comisiones.
Lo mismo le pasa a los funcionarios de República Dominicana que piden mordidas de todas las operaciones con empresas, con lo cual imagino que muchas empresas españolas habrán tenido que pagar a los corruptos.

Según el derecho internacional, eso está prohibido. Los países occidentales firmaron un acuerdo hace años por el cual no podían hacer esos trapicheos ni ocultarlos en sus balances. Las mordidas son una forma de mantener con vida a los corruptos y hay que eliminarlas. Pero las empresas deben sobrevivir. Son miles de puestos de trabajo.

Supongo que el gobierno de EEUU se ha sentido muy consternado con la publicación de estos cables (por ahora ha salido el 1% de los 250.000 aunque según El País, el 95% de los cables no tiene mucho interés). La revelación es un hecho tan bochornoso como si publicaran todos nuestros correos electrónicos, y en ellos se supiera lo que pensamos de nuestros amigos, novias, padres, hermanos...
A nadie le gusta eso.

Pero, si se publicasen los cables de las embajadas de España, ¿qué nos encontraríamos? Maniobras para presionar a Chávez, otras para presionar a Castro, defensa de los intereses de nuestras empresas en Bolivia, en fin, comprobaríamos que la diplomacia es la forma de continuar la guerra sin hacer disparos.

Los cables de WikiLeaks son la prueba del algodón de lo que la prensa de cada país sospechaba sobre su gobierno y sobre los gobiernos extranjeros.
Y la ventaja es que están ahí.

¿Servirán esos cables para que los marroquíes y los dominicanos sean menos corruptos ahora que todos lo sabemos con las pruebas en la mano?
¿Servirán para que Chávez deje de proteger descaradamente a etarras o a albergar a espías cubanos?
Creo que esos gobiernos seguirán haciendo su política, pero tendrán más cuidado porque está demostrado que todo se filtra. Ninguno de ellos podrá confiar en que su diplomacia se queda en los cajones.
Gracias Wikileaks.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cuando el periodismo científico parece una novela de intriga o de aventuras

Hace unas semanas, me invitaron a dar las dos sesiones inaugurales del Master de Periodismo de El Mundo. Expliqué a los alumnos la necesidad de usar todos los recursos literarios para captar la atención del lector en el primer párrafo.

Yo me refería a empezar con intriga, con suspense, con interés, paradoja, contradicción e incluso, empezar un artículo como si se tratara de una novela de Frederic Forsyth

Entonces, un alumno levantó la mano y dijo. "Bueno, eso quizá sirva para algunos géneros, pero cuando hay que ser serios como en el periodismo científico, ¿hay que usar también esos trucos literarios?". Él lo ponía en duda.

Y cuando el alumno se sentó, saqué de mi mochila un ejemplar de una revista científica. Se trataba de Investigación y Ciencia, que es la versión española de la revista norteamericana Scientific American.

Para entendernos, no es una revista para novatos, ni para personas que quieran asomarse a la ciencia. Es una revista para expertos, para gente con bastante conocimiento de medicina, astrofísica o antropología. Una revista para científicos.

Y entonces me puse a leer por azar los primeros párrafos que encontré, no sin antes mencionar en voz alta el nombre del autor y el título del artículo. Por ejemplo, John Elefteriades, escribía un artículo titulado "Cuando el aneurisma se complica", y empezaba así:

"Me disponía a disfrutar del primer sábado radiante de primavera cuando recibí la llamada de Lawrence Cohen, cardiólogo y compañero de la Universidad de Yale. Parecía aterrado. "Necesito tu ayuda, John. En el servicio de Urgencias. Ven enseguida. Se está muriendo, John. La estoy viendo morir".

Pasé unas páginas, y leí lo siguiente en un artículo de Glenn Starkman y Dominik Schwarz titulado "Disonancia cósmica":
"Imaginemos una orquesta de tamaño prodigioso que llevara tocando sin parar 14.000 millones de años. E imaginemos que la primera impresión que nos produjese fuera de armonía, pero que, al prestar más atención, percibiésemos que la tuba y el contrabajo interpretaban una partitura diferente.
Eso mismo sucede cuando se 'presta oído' a la música del universo, el fondo cósmico de microondas..."

Había más artículos. Por ejemplo, este titulado "Orígenes de la complejidad animal" escrito por David Bottjer. Dice así:
"En ese camión va un bilateral", me dijo Jun-Yuan Chen, mientras el vehículo desaparecía en un recodo de la carretera. Con Chen, paleontólogo de la Academia China de las Cuencias en Nanjing, y Stephen Q. Dornbos, por entonces de la Universidad de California del Sur, acababa de recolectar un cargamento de rocas negras en un yacimiento de 580 a 600 millones de años de antigüedad, de la provincia china de Guizhou. Chen estaba seguro de que contenían algo importante".

Cosmos, paleontología, medicina... Los artículos están cuidados con esmero para que un médico entienda la pieza de paleontología, y un paleontólogo, comprenda uno de astrofísica. Porque todos no sabemos de todo, pero tenemos una curiosidad cósmica, el sentimiento fáustico que nos impulsa a saber un poco de todo.

Los artículos luego se sumergen en explicaciones más complejas, y aunque muchos párrafos profundizan tanto que a los legos les resultan difíciles de asimilar, en conjunto, uno saca una idea bastante acertada de su contenido.

No sé si los editores de Scientific American recogen los artículos, los cocinan, les dan ese toque y luego los envían a imprimir. Puede ser. Es una característica del periodismo americano editar los artículos para que se entiendan, provengan de científicos, de políticos o de quien sea.

Lo importante es que detrás de ello, hay un esfuerzo singular por ser claros, por llegar a un público mayor, pero sobre todo, por informar o formar con entretenimiento. Si se puede hacer eso con cuestiones científicas de altura, ¿quién ha dicho que no se pueda hacer con cuestiones jurídicas o económicas?

(Los artículos pertenecen al número de octubre de 2005 de Investigación y Ciencia)

domingo, 10 de octubre de 2010

La magia de los titulares desvelada por un aprendiz de brujo

¿Has escrito un texto sublime? ¿No encuentras el título adecuado? Pues es como si no hubieras escrito nada. Sin no sabes construir las puerta, no importa en castillo que haya detrás.

Lo sé: es difícil elaborar un buen titular. En España, además, no hay una gran tradición de titulares. ¿La razón? La sospecho: el lector español no tiene sentido del humor, no entiende los dobles sentidos, cree que los titulares con guiño esconden informaciones frívolas.

La prensa anglosajona ha desarrollado a lo largo de su historia una relación con sus lectores que le permite sonsacar titulares simpáticos, atrevidos, curiosos, paradójicos y hasta irreverentes. Me acuerdo que la revista de negocios Business Week, una de las más afamadas de EEUU, usó el siguiente titular para hablar de las pastillas efervescentes Alka-Seltzer: "Plop, plop, fizz, fizz". Era la onomatopeya del sonido de las dos pastillas al caer a un vaso con agua.

Los titulares pueden ir elevándose de escala, igual que la escala de Richter, en función de su expresión informativa. He aquí un ejemplo. El suceso, pongamos por caso, es que un ministro del gobierno, llamado José Pozo, ha sido destituido por haber manejado el dinero público en su provecho.

Primer nivel (informativo del hecho): "Destituyen al ministro del Interior por malversar fondos públicos".

Segundo nivel (con verbos metafóricos): "Destituido el ministro del interior por meter mano en el dinero público".

Tercer nivel (con calificativos): "Destituyen al ministro del Interior por corrupto: malversó dinero público".

Cuarto nivel (con juegos elegantes de palabras): "El ministro Pozo se hunde al ser destituido por su mala gestión del dinero del estado".

Quinto nivel (sensacionalista): "¡Te pillaron!".

Sexto nivel (editorial): "Un ministro menos: despiden al de interior por malversación"; o también "Otro ministro del Interior que no pudo contener su codicia es destituido por malversar fondos".

Séptimo nivel (frívolo): "Pozo se hunde hasta las cejas: despedido por corrupto".

Se podrían seguir poniendo ejemplos, y salir decenas de titulares, que serían una mezcla de los anteriores. ¿Cuál emplear? Los medios usan todos pero los administran con moderación. Ante hechos que se acaban de producir, se emplean los informativos. Sin embargo, los medios digitales de segunda lectura (los que no se leen al principio, sino que los lectores entran a ellos para complementar la información,), suelen usar los otros titulares: interpretativos, calificativos, frívolos, curiosos....

En los cursos de periodismo no se aclaran en las clasificaciones: hablan de tres tipos de titulares. Por ejemplo:

*Informativos: expresan el hecho y el protagonista. "Destituyen al ministro del Interior por malversación".

* Expresivos: intentan impactar en las emociones de os lectores. Dicen los expertos que "suelen ser de una palabra, aparecen en la primera página y son muy frecuentes en la prensa deportiva". Por ejemplo: "¡Pillado!"

* Apelativos: según leo en una web, "utilizan el lenguaje para llamar la atención sobre un hecho del que no se informa en profundidad. Son propios de la prensa sensacionalista y de sucesos". Por ejemplo: "La corrupción alcanza al ministro del interior: destituido por ladrón".

Se pueden establecer tantas categorías como se quiera. Yo creo que es una cuestión de niveles. Y de espacio. Si todos los titulares de un periódico fueran así, sería un medio muy sensacionalista. Si sólo es el 10%, y estos se redujeran al ámbito de lo social o curioso de verdad, entonces, sería como la mayoría.
En mi opinión, hay que saber distribuir los titulares en todos los rangos que he puesto al principio.

domingo, 3 de octubre de 2010

El estilo de internet no debe ser el de la prensa de papel sino el de los blogueros

El presidente de Slate Group, Jacob Weisberg, estuvo visitando lainformacion.com hace una semana. ¿Por qué? Fue un detalle de la embajada norteamericana. Weisberg deseaba conocer un diario generalista digital español, quiero decir, un diario absolutamente digital y absolutamente general que hubiera nacido con ese objetivo. Y la embajada nos llamó preguntándonos si podíamos recibir a Jacob. "Encantados", dijimos en lainformacion.com.

Jacob sólo iba a estar 45 minutos y se quedó hora y media con nosotros. La esencia de ese encuentro quedó reflejada en un artículo de 233grados.com.

¿Lo que más me gustó? Dos cosas: uno, que Weisberg se quedó impresionado con el nivel técnico de la web (los gráficos, los videos, nuestras fotos); y dos, que cuando le pregunté si los medios digitales estaban copiando erróneamente el estilo de los medios de papel, dijo que efectivamente, estaba pasando eso y era un error.

Los medios de papel tienen una voz seria y distante, una voz fría. Pero Internet necesita una voz más cercana del periodista, porque los periodistas mantienen con sus lectores una relación más estrecha, casi de correo electrónico.

Esto es lo que dijo Weisberg:

“Escribir en internet es diferente que es escribir en papel. ¿Por qué? Pues porque cuando escribes en un medio digital tienes una relación más estrecha con el lector. Es como escribirle correos electrónicos. De hecho, el lector te escribe, o comenta tu información, la pasa a las redes a través de Twitter o Facebook. Con ese lector tienes una relación más estrecha. Tienes que hablarle con otra voz, una voz más cercana. El periodismo en internet tiene que usar un tono más natural, parecido al de los bloggers, más coloquial, más conciso, más personal”.

La gran batalla del siglo XXI: periodismo de tinta contra periodismo de enlace

Hace unas semanas, Jeff Jarvis fue entrevistado por El País. Una de las declaraciones más atrayentes era la siguiente:

"En un mundo de hiperabundante oferta de contenido, lo caro no es crear el contenido, sino encontrar el mejor contenido. No es que sea gratis crearlo, pero hay tanto que elegir que la selección se convierte en una gran necesidad. Y ese es un papel editorial. Los periodistas nos convertimos más en seleccionadores de información que en creadores de información. El otro hecho económico es que hay dos maneras de añadir valor en Internet. A la gente no le gusta oírlo, pero yo suelo decir que es la economía de la tinta frente a la economía del enlace (en inglés, ink versus link). En la economía del enlace es el enlace el que aporta valor: un contenido sin enlace no tiene valor, nadie lo ve; gana valor a medida que genera enlaces".

Jarvis dice desde tiempo inmemorial que el truco de internet consiste en lo siguiente: "Haz lo qe mejor sepas hacer y enlaza el resto".
Añade que una redacción con pocos periodistas, puede competir así con una redacción con muchos periodistas. Es lo que está demostrando Propublica, Huffington Post, y tantos otros.