domingo, 19 de diciembre de 2010

WikiLeaks nos ha enseñado más relaciones internacionales que todas las clases de la Facultad

Lo que más me ha gustado de las filtraciones de los cables de las embajadas norteamericanas en el mundo, es que el mundo ha conocido cómo funciona la diplomacia internacional.
Hemos aprendido más de relaciones internacionales, que todos los libros que nos enchufábamos en clase.
¿No es delicioso comprobar cómo presiona EEUU a la justicia española? ¿Cómo intenta bloquear un supercontrato de una empresa española en el canal de Panamá'
Pero hay más cosas que tenemos que agradecer. Por ejemplo, al ser la mayor potencia del globo, sus embajadas están repartidas en todo el planeta y nos sirven para tener las pruebas de cosas que habíamos escuchado por ahí.
Hace tiempo, un empresario español que operaba en Marruecos me comentó que allí la corrupción de los funcionarios era descarada.
Yo le dije que quería hacer un reportaje pero él se negó a participar porque podía arruinar sus negocios allí. Prefería pagar comisiones que perder el negocio. Por eso me encantó ese cable de la embajada donde revela que los funcionarios marroquíes son corruptos y que piden comisiones.
Lo mismo le pasa a los funcionarios de República Dominicana que piden mordidas de todas las operaciones con empresas, con lo cual imagino que muchas empresas españolas habrán tenido que pagar a los corruptos.

Según el derecho internacional, eso está prohibido. Los países occidentales firmaron un acuerdo hace años por el cual no podían hacer esos trapicheos ni ocultarlos en sus balances. Las mordidas son una forma de mantener con vida a los corruptos y hay que eliminarlas. Pero las empresas deben sobrevivir. Son miles de puestos de trabajo.

Supongo que el gobierno de EEUU se ha sentido muy consternado con la publicación de estos cables (por ahora ha salido el 1% de los 250.000 aunque según El País, el 95% de los cables no tiene mucho interés). La revelación es un hecho tan bochornoso como si publicaran todos nuestros correos electrónicos, y en ellos se supiera lo que pensamos de nuestros amigos, novias, padres, hermanos...
A nadie le gusta eso.

Pero, si se publicasen los cables de las embajadas de España, ¿qué nos encontraríamos? Maniobras para presionar a Chávez, otras para presionar a Castro, defensa de los intereses de nuestras empresas en Bolivia, en fin, comprobaríamos que la diplomacia es la forma de continuar la guerra sin hacer disparos.

Los cables de WikiLeaks son la prueba del algodón de lo que la prensa de cada país sospechaba sobre su gobierno y sobre los gobiernos extranjeros.
Y la ventaja es que están ahí.

¿Servirán esos cables para que los marroquíes y los dominicanos sean menos corruptos ahora que todos lo sabemos con las pruebas en la mano?
¿Servirán para que Chávez deje de proteger descaradamente a etarras o a albergar a espías cubanos?
Creo que esos gobiernos seguirán haciendo su política, pero tendrán más cuidado porque está demostrado que todo se filtra. Ninguno de ellos podrá confiar en que su diplomacia se queda en los cajones.
Gracias Wikileaks.

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