domingo, 25 de abril de 2010

Frases cortas, cortísimas y ultracortas

Antes de empezar, por favor, leed esto:

"Ferran Adrià no es un cocinero. Es un agitador. El Che Guevara de la alta gastronomía. Ha liderado desde cero, sin formación ni subvenciones; sin un diseño previo, peldaño a peldaño, con los bolsillos vacíos y el discurso atropellado, la gran revolución de la cocina mundial. Y el nacimiento de una cocina española de vanguardia. Prohibido prohibir. Libertad de expresión. Osadía. Creación. Autoestima. Nunca dudó de que el suyo fuera el camino. Ni cuando pocos cruzaban el umbral de elBulli. Las críticas eran desfavorables. Sudaba para pagar la nómina. Y le llamaban loco. Lo confirman los que trabajaron a su lado. Por ejemplo, Andoni Luis Aduriz (1971), propietario del restaurante Mugaritz, a las afueras de San Sebastián; dos estrellas Michelin; poeta de la cocina y uno de sus grandes seguidores: "Ferran defendía su proyecto por encima del contexto. Yo había trabajado en 14 restaurantes antes de entrar en elBulli, en 1993, y siempre buscaban un equilibrio entre ganar dinero y hacerlo bien. En elBulli nuestra obligación era hacerlo perfecto, aunque no ganáramos un duro".

Creo que una de las reglas de Hemingway era escribir frases cortas. Alguien le retó entonces a escribir un cuento en seis palabras, y Hemingway puso: "Vendo zapatitos de bebé. A estrenar".

Esas seis palabras contenían un cuento trágico. La imaginación llenaba los agujeros. Allí se ve la amargura de una mujer que ha perdido un hijo y la esperanza en la humanidad.

Hace poco leí este reportaje del EPS con que comienzo este post. Está escrito a base de balas, de frases cortas. A mí me gustó. No sabía por qué. Al final estudié la razón y me encontré la vieja técnica de poner muchos puntos y seguidos, frases cortas. Una narración veloz.

Lo he puesto al principio porque así podía lograr el mismo efecto que yo sentí. Si lo hubiera explicado primero, entonces habría perdido su magia porque lo habríais leído con pre-juicio, es decir, sabiendo de qué va y entonces a lo mejor no os gustaba.

Aquí otro párrafo. Como veréis, hay una combinación de frases cortas y largas:

"Late un viejo juego de egos; de imagen y dinero. Ser líderes de la cocina mundial representa dominar un nicho de la cultura contemporánea. Tener una marca de prestigio. Atraer turistas. Colocar nuestros mejores productos en todo el planeta. Algo que, por el momento, aún monopolizan los franceses. Han perdido influencia, pero dominan el mercado de alta gama. De lejos y sin competencia. España es la primera productora mundial de aceite de oliva y la segunda de vino (detrás de Francia), pero la mitad de nuestro aceite se vende a granel a Italia, donde se envasa y exporta bajo marcas italianas, y nuestro vino viaja en cisternas por Europa y se termina destilando hasta convertirse en alcohol barato. Incluso los chinos y polacos comienzan a competir con nuestro jamón de pata negra".

jueves, 15 de abril de 2010

El premio Pulitzer ha recaído en un medio digital que no lleva publicidad

Le han dado en Pulitzer a un medio que no tiene publicidad, financiado por una fundación, y plagado de periodistas de investigación. Se llama Propublica.

Me es conocido porque hace más de un año lo consulté para conocer adónde iba el dinero del rescate del gobierno norteamericano, el TARP (nuestro FROB).

Propublica se dedicó a hacer un seguimiento diario de las entidades bancarias y empresas que recibían dinero de los contribuyentes, para ver qué hacían con ese volumen de dólares los gestores que llevaron al sistema financiero casi a la bancarrota.

Propublica nació cuando un matrimonio rico apellidado Sandler quiso destinar parte de su fortuna a crear un medio que publicase investigaciones fiables y tremendas, pues estaban hartos de leer artículos de medio pelo, poco profundos y sin contenido.

Los Sandler le propusieron la idea a un periodista de The Wall Street Journal llamado Paul Steiger, y este ideó crear una agencia de noticias de investigación. Estas noticias se pondrían al servicio de cualquier medio de comunicación totalmente gratis. El invento cuesta a los donantes 10 millones de dólares al año.

El drama de los medios de comunicación en EEUU es el mismo que en el resto del mundo. A medida que la crisis se ha expandido y la publicidad ha caído, los medios de comunicación se han quedado sin dinero para pagar periodistas de investigación. Eso dice una noticia que leo en El País.

Yo pienso cada vez más que esos periodistas de investigación no reciben el cariño de las empresas periodísticas porque siempre suelen destapar trapos sucios de empresas, llamadas anunciantes por el departamento comercial de un periódico, y por eso los sabuesos son acallados, despedidos o neutralizados. Y leo esto en El País:

"La caída de la publicidad ha provocado que muchos periódicos despidan a muchos periodistas de investigación, sobre todo porque estos no producen noticias tan a menudo y porque necesitan más tiempo y dinero para hacer su trabajo", advierte Mark Webb, portavoz de ProPublica. "Así que cuando los periódicos recortan sus presupuestos, los periodistas de investigación son los primeros en ser despedidos", añade Webb, a través del correo electrónico.

Más adelante leo la declaración de principios de esta web, que se dio a conocer en 2007. Afirma que el periodismo de investigación está en peligro porque las empresas que controlan los medios de comunicación están cotizando en Bolsa, buscan los beneficios a corto y tienen una estrecha visión.
(Profit-margin expectations and short-term stock market concerns, in particular, are making it increasingly difficult for the public companies that control nearly all of our nation’s news organizations to afford—or at least to think they can afford—the sort of intensive, extensive and uncertain efforts that produce great investigative journalism.)

"No tenemos anuncios en la web y no recibimos ingresos por publicidad", subraya Webb.

Ahora entiendo el éxito de Propublica. Es justo lo contrario del periodismo que se está cocinando hoy. Hace un año me preguntaron si estaba de acuerdo en que las Fundaciones financiaran a los medios de comunicación. Dije que no. Ahora empiezo a echarme para atrás tras ver Propublica.

sábado, 10 de abril de 2010

Ese titular es (in)creíble: ¿por qué no usarlo? ¡Atención! No dudes en poner %$&#@

Ni paréntesis, ni dos puntos, ni interrogaciones. Muchos periódicos se negaban a que los titulares fueran otra cosa que una sentencia con sujeto, verbo y predicado sin más añadidos.

Cuando dirigí el periódico Metro, me encontré con que no usaban las interrogaciones en los titulares. Ni interjecciones, por supuesto.
Era como encontrarse con un diplodocus en la pradera.
Metimos entonces toda clase de signos en las portadas pues, ¿para qué están los signos?
Hoy lei en El País este titular:
"(Des)concierto en la Habana"
Es sobre el concierto organizado por Silvio Rodríguez a favor del régimen castrista. Me parece un titular original y que refleja dos cosas: el concierto del cantante, y el desconcierto que produce saber que ese cantante proclamó hace dos semanas que Cuba necesitaba un cambio, Además, el régimen sigue sin aceptar ninguna apertura política.
Los lingüistas llamarían a ese uso de los signos con doble significado "metainformación", o algo así. Es simplemente imaginación.

La prensa norteamericana usa desde hace mucho tiempo las interrogaciones.
¿Adónde va Obama? ¿Quién está del golpe en Guinea? ¿Cómo se puede arreglar un coche con un destornillador?

Se pueden usar interjecciones: "¡Hasta los pelos! El éxito de Marco Aldany".

O también signos que cuando se juntan, significan un insulto:
"El presidente del equipo de fútbol es un $%&*@#".

A mí me encantan los dos puntos:
"Atención: recuperación a la vista".

No se puede abusar de estas sencillas técnicas, pero los medios de comunicación, sobre todo periódicos, que sigan anclados en el titular clásico, se están quitando posibilidades.

Adiós a las W's: los artículos debe empezar por lo interesante y acabar con lo importante


Nos enseñaban en clase que un artículo debía explicar las cinco W's en los primeros párrafos: qué, quién, dónde, cómo, por qué y qué.
La fecha, el lugar, el personaje, el suceso y las causas. Y dicen que esa debe seguir siendo la norma ahora.
¿En serio?
No lo sé. No estoy seguro. La norma debe de ser "no te impongas normas porque así no avanzarás". Un austriaco que fue filósofo de la ciencia y que se llamaba Paul Feyerabend (en la foto) escribió un libro que causó estupor en su ámbito: Contra el método. Más o menos decía Feyerabend que la ciencia no debe tener ningún método para progresar. Lo decía porque la Filosofía de la Ciencia estudió el progreso científico desde muchos ángulos y en su tiempo, lo que estaba en boga era que la ciencia debía de librarse de sus prejuicios para evolucionar. Feyerabend dijo que hasta eso era un prejuicio. De modo que propuso una especie de anarquía filosófico-científica.
No hay método.
Lo mismo debería aplicarse al Periodismo. Si establecemos por adelantado un método, por ejemplo, las cinco W's, entonces no sabremos si nos estamos perdiendo la posibilidad de experimentar con algo nuevo.
Me pregunto si el periodismo del siglo XXI, llamémosle el periodismo XXI.0 (veintiuno punto cero), debe cambiar las reglas. Los artículos no deberían empezar por lo importante para el lector (qué, quién, por qué...) sino por lo que quiere leer.
Es decir, primero, lo que le interesa saber.
Luego, lo que debe saber.
¿Por qué? Porque el lector moderno es un ser anárquico, más que nunca, que lee en diagonal, a trozos, por espasmos y sin orden. Y muy infiel.
Hay que capturarle en la primera línea con lo interesante (no he dicho anecdótico, ni curioso, ni frívolo), y llevarle casi drogado hasta el final. Drogado por nuestras palabras.
¿Lo he podido cumplir yo mismo poniéndolo en práctica con este artículo? Si has llegado hasta aquí es que lo he cumplido.

lunes, 5 de abril de 2010

Las reinas del satélite o cómo se está forjando un imperio de mil millones de televidentes


Atiendan: cuatro periodistas árabes realizan un programa de debate que es visto por millones de mujeres en el mundo árabe. ¿Cómo lo hacen? Porque en los países árabes hay millones de antenas parabólicas y porque todos hablan árabe. Es su lengua franca.

No es como el inglés entre nosotros. El inglés no es nuestra lengua, ni la de los italianos, ni la de los franceses.

Pero para los habitantes de los países árabes, el árabe es "su otra lengua".

Además, las familias se instalan antenas parabólicas porque los canales de TV de sus países son un poco aburridos. Pero la cadena de televisión MBC, Middle East Broadcasting Channel, en Dubai, colma bastante sus deseos. (Ésta es la web pero está en árabe).

De allí parte este programa de debate llamado "Kalam Nawaen" (Conversación Tranquila o algo así), donde cuatro mujeres de todas las tendencias hablan sobre cualquier cosa. Bueno, excepto del Corán. Cada mujer representa la voz de muchas mujeres: la conservadora (con hijab), la sabia (la mayor), la rebelde (vestida de forma occidental), y la cuarta, que no me acuerdo qué representaba.

Todos los domingos, millones de mujeres se pegan a la TV para ver estos debates en los que, según pude comprobar gracias a mi excelente árabe (es broma), son de primer nivel. El mundo árabe reúne a unos mil millones de habitantes. El doble que Europa.

Vi el mes pasado un reportaje en Documentos TV, titulado "La reinas del satélite" que podéis visionar si pincháis aquí.

Me sorprendió entender que ellos, los árabes, sí cuentan con un medio unificador, una especie de CNN que todos entienden gracias al lenguaje y a las antenas parabólicas. Y me sorprendió que mientras nosotros en Occidente, tenemos a Belén Esteban hablando de mecánica cuántica, bueno, quise decir de cuántos traseros buenos tienen nuestros mecánicos, estas árabes se enzarzan en estupendos debates sociales.

Ya decían los antiguos: ex oriente lux (la luz viene de Oriente).

domingo, 4 de abril de 2010

Idiomas: así hemos superado el último obstáculo

Hace tiempo escribí varios post sobre los traductores automáticos y su impacto en el trabajo de los periodistas.
Hoy he leído este artículo en El País, que expone lo mismo: los idiomas ya no son una barrera. Ni para los periodistas, ni para las empresas.
Vale la pena guardarlo.
La conclusión es que dentro de unos años, muy pocos años, las herramientas de traducción serán tan populares que no hará falta irse a una academia a sufrir. Todos podremos comunicarnos con los habitantes de cualquier parte del planeta por mail, o incluso personalmente, sin necesidad de invertir tanto tiempo en un idioma desconocido.
Cuenta el caso de un chico que tiene una web que recoge experiencias de viajes, y a la que se apuntan gente de todos los países. El autor, un catalán de Girona, reconoce que usa el traductor de Google para verter los textos en ruso o en cualquier otro idioma, al español. Y que se comunica fácilmente gracias a esta herramienta.
Se llama Jordi Ramot y su web se denomina Wikiloc:
"En el mundo real, Ramot se entiende en cinco idiomas, una nadería en el ciberespacio. "Paso el traductor de Google para escribir en griego, ruso, polaco, sueco... Me llega un e-mail en ruso, lo traduzco online, escribo mi respuesta en español o inglés, lo vuelvo a traducir al ruso y lo envío. Funciona muy bien. Cuando me responden dando las gracias en ruso me pregunto si saben que yo estoy en Girona y no en Moscú".