sábado, 20 de marzo de 2010

Llaves para abrir las puertas de la imaginación

Mucha gente me pregunta si hay un truco para empezar a escribir. Son personas que tienen que escribir un informe, redactar un dictamen, escribir un artículo, o exponer cualquier tema profesional. Se sientan frente a una pantalla en blanco, y no saben qué hacer.

El problema para ellos es empezar pues, una vez redactados unos párrafos ya se sienten más seguros y terminan su obra.

Nos envidian a los periodistas porque somos capaces de empezar a escribir cualquier cosa, en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, incluso aunque nos cuelguen de un armario y lo cierren. Bueno, eso se llama oficio.

Para responder a esta cuestión he dado muchas vueltas. ¿Cómo empezar? Si ese es el problema, se me ocurren varias técnicas: una de ellas es la tormenta de palabras. Se toma un folio aparte y se empiezan a escribir las palabras que nos llegan a la mente, pero tienen que ser palabras relacionadas con lo que vamos a escribir.

Por ejemplo, tenemos que hace un informe sobre accidentes de trenes y su frecuencia. Entonces, escribimos, por ejemplo: raíles, vías, locotomoras, catenaria, semáforos, balasto, cruce, vehículos, conexiones, dinamos, cortocircuito, falta de atención, error humano, trenes en la misma vía, lluvia, oscuridad, conductores, protocolo…

Cuando se ha elaborado la lista, hemos cargado nuestra mente con imágenes y conceptos que nos pueden ayudar a empezar a escribir. Esta es la técnica usada por Ray Bradbury, escritor de novelas de ciencia ficción. Y les aseguro que es más difícil escribir una novela sobre alienígenas, que un informe sobre accidentes de tren.

La otra técnica periodística es la de las cinco W que conocemos muy bien, pero que no se usa fuera de nuestro negocio: quién, qué, por qué, cuándo, dónde y cómo (en realidad son seis: who, what, why, where, when y how).

Otra de las técnicas para empezar a escribir es la que podríamos bautizar de “barra del bar”. Estamos en le barra de un bar rumiando un problema y de repente llega un amigo. Nos pregunta qué nos pasa y contestamos que debemos escribir un informe al jefe sobre cómo organizar nuestro departamento de Recursos Humanos, pero no sabemos empezar las primeras líneas. Nos vuelve a preguntar de qué va el informe, y nosotros empezamos a contárselo. “Pues mira, resulta que tenemos un problema que es el siguiente: hay mucha gente con los brazos cruzados en administración y muchas con demasiado trabajo en atención al cliente. Estamos desequilibrados, ¿entiendes?”.

Ese es el comienzo. Consiste en exponer el problema. Luego, se van enumerando las soluciones.

Pero claro, estos consejos son para aquellos que necesitan trucos para escribir. Los periodistas lo hacen con los ojos cerrados, ¿no?